Textos

Texto de Mario Román

Diseñador Gráfico – Publicista
Ilustrador
Junio de 2023

“Lo cierto es que la causa de todo nuevo proceso se arremolina en torbellinos de pensamientos opuestos, sospechas, esperanzas, sufrimientos, alegrías. Es una fase creativa, innovadora, en medio de una vorágine de pensamientos, a veces violenta y con desvelos incluidos, antes que se depositen en sus lienzos.”

Toda forma nueva de arte, parece exigir un instante de inmersión en el salvaje inicial que el hombre lleva dentro. La vida es por lo pronto un “caos” donde muchas veces se está perdido y sin entender. En lo referente al arte (pintura, escultura, escritura, danza, cine, música, etc.) es fundamental afrontar la realidad de vida sin apegarnos a soluciones preestablecidas que nos haya prestado el entorno y el pasado.

Esa es la forma por lo que pasa la innovación y las nuevas formas de expresión en el arte. Conectarse con el problema, sentirse náufrago para crecer por encima de lo ya creado o visto.

El caos puede ser de uso común para el que piensa. El caos se desliza en el equilibrio natural de las cosas que se traduce en soluciones perentorias con su propia realidad. Para muchos lo verán una pérdida, para el que atreve es “GANAR”.

Juan Alvear, con el deseo imperioso de expresar, lo impulsa con ideas propias, no carentes de cultura en general, literatura y filosofía. En su búsqueda, su realización ha sido por medio del pensamiento de su propio “torbellino vórtice”, que es más que una idea. Aprecio su creación como un vórtice o clúster de ideas fusionadas, no carentes de su propia energía.

Para el “lego” puede ser un momento extraño, de poco entendimiento. El humano juzga todo en el minuto presente sin entender que juzga solo el minuto: su minuto presente.

La causa de todo nuevo proceso creativo, donde interviene la abstracción, es una operación mental compleja destinada a aislar conceptualmente una propiedad o función concreta, ignorando otras propiedades o formas ya conocidas.

El artista Juan Alvear, desarrolló su caos, realizando obras de arte abstracto. No es tarea fácil. Lo cierto es que la causa de todo nuevo proceso se arremolina en torbellinos de pensamientos opuestos, sospechas, esperanzas, sufrimientos, alegrías. Es una fase creativa, innovadora, en medio de una vorágine de pensamientos, a veces violenta y con desvelos incluidos, antes que se depositen en sus lienzos. Es lo que se puede llamar, la necesidad o la razón de ser un artista. Su maestría es una huida, no un destino, donde pasa por hacer, rehacer, destruir, como le da la gana.

Juan Alvear está en esa senda. más allá de su tiempo, empeñado en expresar los devastadores efectos de las emociones. Su fuerza vital lo ha puesto en marcha. Alvear ya ha descubierto donde ir.